La condición femenina y los medios de comunicación

Sara Lovera

Es un hecho que las mujeres no han conseguido un trato justo en los medios de comunicación del mundo, ya sea por la forma en como son representadas (o proyectadas), por la cantidad de atención que consiguen, o como miembros de la fuerza de trabajo de los propios medios.

El poder de los medios no se extiende únicamente sobre qué es lo que se cubre, sino también sobre lo que es omitido.

En México el papel social y político de la información ha sido reflejo, caja de resonancia de los distintos poderes que han dominado el mundo de lo público.

La prensa mexicana desde el siglo pasado estuvo signada por la lucha de facciones de liberales y conservadores. En este siglo se desarrolló, al ritmo de la consolidación de la Revolución Mexicana, pero su carácter de contenido político y de facción lo conservó hasta nuestros días. Cada día prevalecen más los criterios comerciales sobre la tarea social de informar.

Y LAS MUJERES QUE?

En una democracia posible, donde campean los deseos y las intenciones de pluralidad, la omisión constante desde los medios para describir, analizar, criticar o simplemente informar sobre la aparición del nuevo sujeto político que somos las mujeres, parece una verdadera discordancia.

Pareciera que los medios van a la zaga de la actividad femenina creciente en todos los campos. Pero no es esto únicamente lo que sucede, sino que como cajas de resonancia del poder, los medio informativos forman parte del juego del poder y de él viven.

Ocultan y manipulan la informacion política en general; la pobreza o las denuncias. En este juego no entran las mujeres como sujetos, ni como demandantes, a las páginas de los diarios. Y están sólo cuando son protagonistas de hechos escandalosos o espectaculares.

En el caso de las mujeres, a la omisión se suma con frecuencia la desautorización constante de su palabra. En este caso no importa a qué partido político se pertenece, qué idea se trata de difundir o qué tarea se está realizando.

En México los medios de comunicación masiva muestran el siguiente panorama 960 estaciones de radio en toda la República, 200 sistemas de televisión, redes de comunicación computarizadas de la cuarta generación, conexiones vía antenas parabólicas mundiales, tejidos de fibras ópticas, transmisiones via satélite, presencia de super conductores, etcétera.

Los tirajes de medios impresos son millonarios. La edición de diarios, revistas, impresos especializados y circulación de análisis políticos de la más distinta índole pueblan todo el panorama nacional; pareciera que tenemos frente a nosotros exceso de información.

En los últimos años en la manufactura informativa la presencia femenina ha ido creciendo geométricamente. Existen diarios, revistas, estaciones de radio donde las mujeres pueden llegar a constituir hasta más del 50 por ciento. Ellas investigan, elaboran, corrigen y jerarquizan información. En distintas entidades del país son las mujeres quienes han heredado la propiedad de múltiples estaciones de radio; son cada vez más las mujeres que acceden a puestos de poder y decisión en las editoras y aún en la planeación y confección de noticiarios y programas televisivos dedicados al análisis y crítica de los acontecimientos nacionales.

No obstante ello, el contenido y construcción de las informaciones sigue respondiendo a las viejas formas de hacer periodismo. De sus páginas no sólo se excluye a las mujeres, sino que también lo son -- en términos generales -- los y las indígenas, los y las campesinas, los y las trabajadoras y toda aquella apuesta política o social que ponga en crisis al sistema.

EL AVANCE FEMENINO

Esta situación parece contradictoria a lo que sucede en el país.

Las características de los procesos económicos y sociales, de crecimiento y "modernización", que parecían en ascenso hasta hace poco, antes de esta debacle de 1995, proceso que reveló una importante movilidad social durante casi 5 décadas, se reflejó de muy diversas maneras, no siempre positiva, en el enfoque y las acciones dirigidas a modificar la situación de las mujeres.

Igualitarismo, política poblacional y a partir de 1975 la política de integración al desarrollo de la mitad de la población, han sido las estrategias oficiales predominantes.

De otro lado la aparición del nuevo feminismo de los años 70 generó múltiples y variadas iniciativas desde las mujeres -- aquí hemerográfica en la cantidad y profundidad necesarias.

De estos movimientos, en cambio, sí surgieron muchas iniciativas de información y difusión que han impactado a la sociedad mexicana, realizadas por un largo período por la propias mujeres, en su entorno y hacia segmentos de la sociedad muy concretos.

Sin embargo, durante muchos años el movimiento feminista y el movimiento amplio de mujeres escogió y trabajó sobre una sola trayectoria la comunicación alternativa.

En el terreno de la difusión masiva la creación de medios industriales de información, análisis o crítica sobre la condición femenina ha sido muy limitada, pero creciente.

La descripción anterior revela que el poder de los medios no ha sido aliado de la tarea de las mujeres. Es como si hubiera operado un divorcio sin matrimonio entre el movimiento amplio de mujeres, el movimiento feminista y los medios masivos de comunicacion.


Back to Table of Contents