Las ONGs de mujeres y la transición a la democracia en México

María Luisa Tarrés
El Colegio de México

El surgimiento y desarrollo de las organizaciones no gubernamentales (ONGs) dedicadas a la mujer están marcados por la emergencia de movimientos sociales y por la presencia de una serie de grupos, asociaciones y redes en la socieded civil, la cual desde los años ochenta, poco a poco se organiza en espacios paralelos a los designados por el sistema político oficial. Esta movilización generalizada se da en un escenario marcado por una crisis de legitimidad del partido oficial, evidente en 1988 y en 1994, así como por la recurrencia obsesiva de la éelite gubernamental a la reforma política para recuperarla.

Las ONGs de mujeres se crean así en un contexto caracterizado por el quiebre de algunas certezas que por muchos años dominaron la cultura y las movilizaciones populares. Estas se anclaban en un conocimiento adquirido que compartía mucha gente sobre el Estado como depositario del bienestar social, el populismo como fórmula de relación política y el marxismo como la alternativa política de los sectores populares.

El rompimiento de esta cultura popular contribuye a una diferenciación de las prácticas sociales y políticas que no logran expresarse por los canales tradicionales de integración. También se expresa en una transformación en la naturaleza de las demandas, las cuales de ser concebidas como una dimensión de la justicia social, heredera de la revolución mexicana, se reelaboran como un conjunto de derechos ciudadanos que para ser alcanzados suponen la presencia de un sistema democrático.

Quizás es por ello que el discurso feminista, cuyo impacto fue limitado hasta los años ochenta, logra generalizarse y constituirse en referncia simbólica de los más distintos grupos sociales y políticos de mujeres quienes lo reelaboran de acuerdo con su posiciones y preferencias ideológicas particulares. Ejemplo de ello es el de las indígenas del Ejército Zapatista que reivindican la igualdad política con los varones junto al derecho a elegir a la pareja y el número de hijos, o el de las militantes del conservador y católico Partido Acción Nacional, que en diversas oportunidades impugnan los mecanismos machistas de sus correligionarios que las marginan de las oportunidades para ser elegidas diputadas.

Sin embargo, una de las pruebas más contundentes de esta generalización es la formación a lo largo y ancho del país de más de cien organizaciones que centran sus actividades alrededor de cuestiones de género y están dirigidas por mujeres. Se trata de pequeños espacios institucionalizados donde se experimentan modos alternativos para superar la subordinación de la mujer y que al mismo tiempo funcionan como plataformas de acción en el espacio público-político. [[questiondown]]Qué papel se le asigna en el proceso democratizador?

Características del universo de ONGs dedicadas a la mujer

La presencia de más de cien ONGs establecidas con reconocimiento público en el año 1994-95 es un fenómeno relativamente reciente. Aunque algunas orgnizaciones se crearon desde los años sesenta, no es sino a partir de 1984 que ese crecimiento se acelera, pues se forman, permaneciendo en el tiempo, en promedio diez organizaciones al año. Esa fecha corresponde con el auge del Movimiento Amplio de Mujeres (MAM) caracterizado como un periodo de construcción de puentes entre mujeres de los movimientos popular y feminista respectivamente.

Las ONGs se concentran (50%) en el Distrito Federal aun cuando las hay en todos los estados de la república. Las ONGs son un fenómeno básicamente urbano relacionado con la fuerza y desarrollo de los movimientos feminista y de mujeres, que se desarrolla primero en las grandes ciudades y luego se expande a otros lugares. También se vincula con la presencia de una masa crítica de mujeres, que en las ciudades más que en el campo, experimentan los conflictos producidos por la expansión de sus roles.

Los campos de intervención de las ONGs son muy variados y las actividades que realizan sus integrantes son tantas y en general tan intensas que se puede hablar de un alto compromiso con las metas, las cuales se confunden con la causa de las mujeres, y de una alta eficiencia si se considera que los recursos en general con escasos. Pese a la heterogeneidad, las ONGs se unen en su diagnóstico sobre la condición subordinada de la mujer y sus campos de intervención se pueden clasificar de acuerdo con los temas que privilegian para superarla. Así, si bien la mayoría de las organizaciones orientan sus actividades alrededor del poder sobre el cuerpo de la mujer trabajando temas como Salud Reproductiva, Maternidad Voluntaria, Sexualidad o Violencia, existe una proporción nada despreciable dedicada a trabajar sobre la integración de la mujer en la vida del trabajo remunerado, en la vida urbana o promoviendo la participación política a nivel locales el ejercicio de los derechos cívicos a nivel nacional.

El público al que orientan sus actividades en la gran mayoría de los casos está formado por las mujeres del sector popular urbano, campesinas, indígenas a las que se ofrecen servicios o modelos de relación social alternativos a los dominantes. Hay programas orientados a públicos muy definidos, como lesbianas, jóvenes, mujeres de la tercera edad, etc.

Otras ONGs se plantean la tarea de actuar como grupos de presión para influir en las decisiones relacionadas con las mujeres, de modo que su público es más complejo. Sin embargo, inlcuso en estos casos, la cobertura tiende a coincidir con los sectores más desfavorecidos económicamente.

Las Integrantes de las ONGs

Las ONGs no surgen de la nada. Su actividad se asienta en la experiencia previa de sus integrantes en a) las Comunidades Eclesiásticas de Base (CEBS) inspiradas en la Teología de la Liberación de la Iglesia Católica; (b) En las corrientes de izquierda tales como Línea de Masas, Espartaco, Asociación Cívica Revolucionaria, Democracia Proletaria, etc.; o c) En la izquierda organizada en partidos tales como el PMT, el PCM, el PRT, que fueron semi-clandestinos hasta que la Reforma Política acepta a la izquierda dentro del sistema político institucional. Y finalmente, en los grupos de reflexión feminista donde muchas veces se participó en forma paralela a su militancia política o religiosa.

Las integrantes de las ONGs son personas que provienen de las clases medias educadas del país, pues el 80% de ellas posee estudios de nivel licenciatura, el 4% un postgrado y varias de ellas hablan más de un idioma. Se trata de una élite que contribuye con su capital cultural y social al desarrollo de la causa de las mujeres y a la construcción de un sistema democrático en el país.

La causa de las mujeres y la democracia

El compromiso de estas mujeres con organizaciones claramente feministas u orientadas a cambiar alguna dimensión de la estructura social o la desigual distribución de las recompensas por género se expresa en una lucha por crear bienes públicos que se ofrecen sobre todo a las mujeres populares. Sin embargo esta adquiere también un valor simbólico ligado a su identidad como sujeto social y político, lo cual le da contenido a la lucha por el género que condiciona el significado de lo democrático. Aunque las ONGs de mujeres han participado en diversas acciones ligadas directamente a demandas de su género, a la política local, a la lucha por la paz en Chiapas, a lograr elecciones limpias a nivel nacional, etc., su compromiso con la democracia traspasa lo político y apunta a una redefinición cultural de las relaciones entre géneros y generaciones en el ámbito privado.

* La investigación en que se basa este trabajo fue financiada por la Fundación Ford- Oficina México.