I Conferencia de América Latina y
el Caribe sobre Privatización

22 y 23 de enero de 1996. Lima, Perú.

  • Palabras del Secretario Permanente del
    Sistema Económico Latinoamericano SELA.
    Embajador Carlos Moneta,
  • En nombre de la Secretaría Permanente del Sistema Económico Latinoamericano (SELA), quiero agradecer la presencia de todos ustedes y darles una cordial bienvenida a esta Primera Conferencia de América Latina y el Caribe sobre la Privatización.

    En primer lugar, deseo expresar mi más sincero reconocimiento al Gobierno del Perú, y muy especialmente a la Comisión de Promoción de la Inversión Privada (COPRI), que desde un principio ofreció ser sede de esta importante iniciativa regional, y que nos ha acompañado y apoyado en la organización de este evento, conjuntamente con el Banco Mundial.

    En segundo lugar, me complace encontrarme ante tan destacado grupo de personalidades. Entre nosotros se encuentran los altos funcionarios gubernamentales responsables de la formulación e instrumentación de las políticas de privatización en América Latina y el Caribe, así como destacados representantes de la banca de inversión, firmas consultoras, expertos, y representantes de organismos regionales e internacionales y agencias bilaterales de desarrollo.

    Son pocas las oportunidades que tenemos de encontrar una audiencia tan diversa, tan representativa, y al mismo tiempo tan especializada y capacitada, sobre un tema tan relevante como lo es la privatización.

    En esta audiencia se encuentran acumulados valiosos conocimientos y experiencias técnicas y políticas, que estoy seguro podremos compartir, para el beneficio y aprovechamiento colectivo, en estos dos días de trabajo que tenemos por delante.

    No debe sorprendernos la complejidad y amplitud de los temas que abordaremos en esta Conferencia y que conforman la agenda privatizadora de América Latina y el Caribe, ya que estamos en presencia de una de las políticas que en los últimos tiempos ha sido un importante instrumento en la modernización de la economía y el redimensionamiento del Estado en nuestra región.

    El proceso de privatizaciones se ha convertido en un elemento clave en las nuevas políticas de modernización que han cambiado la fisonomía económica de América Latina y el Caribe desde finales de los 80: la privatización acompaña la apertura de los regímenes de inversión extranjera; la apertura de los mercados; la intensa transferencia de tecnología que requiere la región; el desarrollo de instituciones estatales modernas; y la definición de marcos regulatorios eficientes y adecuados al buen funcionamiento de la empresa privada y las necesidades de los consumidores. El proceso de privatización en nuestros países es sintomático no sólo de cambios en las políticas económicas, sino de las profundas transformaciones a nivel de la concepción del papel del Estado. Sin embargo, el impulso inicial de las privatizaciones no vino de consideraciones teóricas sobre el papel del Estado, sino de preocupaciones mucho más prosaícas y apremiantes, tales como las dificultades fiscales o la simple necesidad de despertarse en la mañana sabiendo que va a haber agua en la duchas, o que no va ser problemático conseguir línea en el teléfono.

    En la región latinoamericana y caribeña, la experiencia privatizadora se inicia, en términos generales, a finales de 1980 y principios de 1990, en un contexto de inestabilidad macroeconómica, fuertes presiones fiscales y apertura a los flujos de inversión extranjera. En esta primera ola de privatizaciones, la región logró colocarse en la cresta de la tendencia mundial hasta el año 1993.

    Son muchas las cifras que se podrían mencionar en cuanto a los resultados del proceso de privatización en América Latina y el Caribe. Aquí sólo me permitiré mencionar algunas de las cifras más significativas:

    i)Entre 1988 y 1993, se realizaron 561 transacciones de privatización en la región, lo que representó el 25 por ciento del total de privatizaciones en los países en desarrollo. El valor total de estas transacciones fue de 55.100 millones de dólares, equivalentes al 57 por ciento del valor de las ventas de activos públicos a nivel mundial.

    Después del inicio acelerado de las privatizaciones entre 1988 y 93, el número de transacciones de privatización ha disminuido en la región, y esto obedece fundamentalmente a que ya se agotó una primera fase de privatizaciones "urgentes" y "obvias" para iniciarse una fase donde las privatizaciones pendientes son más complejas y requieren de un sólido consenso político, así como de marcos regulatorios experimentados y bien definidos. De allí que, en los próximos años, el proceso de privatización será más gradual pero no menos importante para la región.

    A objeto de apoyar a los gobiernos de América Latina y el Caribe en las privatizaciones, y a la luz de la experiencia ya adquirida dentro y fuera de la región, el SELA, organismo de consulta y cooperación que agrupa a 27 Estados Miembros, tomó la iniciativa que fue la primera en su género a nivel regional, de organizar, en marzo de 1995, en Caracas, una Reunión de Altos Funcionarios Encargados de los Procesos de Privatización en América Latina y el Caribe.

    Esa reunión tuvo por objeto establecer un espacio para que "privatizadores" y "privatizados", pudiesen dialogar e intercambiar información, ideas y experiencias, errores y aciertos, de los procesos y políticas de privatización en la región, y definir acciones e iniciativas de coordinación y cooperación regional e internacional.

    El diálogo fue sumamente fructífero y superó ampliamente las expectativas, por la calidad del debate y el interés de los participantes. Se formularon algunas conclusiones y recomendaciones que me gustaría resumir y compartir con ustedes, pero no sin antes advertir que se trata de una simplificación a los fines de esta breve presentación:

    • La privatización va mucho más allá de la simple transferencia de responsabilidades, funciones, derechos y propiedad de empresas del sector público al privado. Es una política compleja, que tiene múltiples ramificaciones sectoriales y un profundo impacto social y económico.

    • La privatización se diferencia de otras políticas públicas, ya que a través de su instrumentación responsable, transparente y concebida de manera integral, se pueden cumplir simultáneamente varios objetivos fiscales, económicos y sociales.

    • La privatización, aunque es una importante política económica, es sólo un instrumento que debe estar sustentado por otras políticas económicas y sociales colaterales, para que el impacto de la privatización sea positivo.

    • No existen una estrategia, metodología o modalidad única para instrumentar los programas de privatización. Por el contrario, existe una multiplicidad de concepciones sobre cómo debe conducirse la privatización, dado que cada país, sector y empresa presentan características que le son propias y específicas.

    • El marco regulatorio que se establece una vez que se ha privatizado, es uno de los temas más complejos pero más importantes para garantizar el éxito de la política de privatización.

    En términos generales, éstas son las lecciones más significativas que podemos resaltar de la pasada reunión de privatización y que se encuentran reflejadas en los dos documentos emanados de la Reunión celebrada en Caracas hace unos meses, y que hemos puesto a la disposición de todos ustedes.

    La agenda de esta Conferencia ha sido elaborada de acuerdo a las prioridades definidas por los propios privatizadores de la región en la reunión de Caracas, y refleja los temas de mayor actualidad y significación dentro de la agenda privatizadora regional: la privatización de infraestructuras, los marcos regulatorios, la privatización de sectores sociales, y la participación laboral y ciudadana en los procesos de privatización, son los temas que abordaremos en esta oportunidad.

    El éxito de la reunión preliminar celebrada en Caracas llevó a los participantes a proponer la realización de otros ejercicios de intercambio de información y experiencias entre todos los actores involucrados de las políticas de privatización de América Latina y el Caribe y el establecimiento de una "Red Latinoamericana y Caribeña para la Privatización", que fueron los objetivos fundamentales logrados en esa oportunidad y que esperamos formalizar en esta Conferencia, el día de mañana.

    En este sentido, quiero aprovechar la ocasión para destacar el valioso respaldo que el SELA ha recibido del Banco Mundial en el lanzamiento y en la formulación de las funciones de la Red Latinoamericana y Caribeña para la Privatización, así como el apoyo financiero del Gobierno de España previsto en el acuerdo de Cooperación recientemente firmado entre el SELA y la AECI.

    Esperamos poder contar con el apoyo de todos los participantes de esta Conferencia en el funcionamiento de la Red, que será debatido el día de mañana, y esperamos, en particular, el apoyo de las instituciones del sector privado y de las agencias bilaterales de desarrollo.

    Muchas gracias.

 

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