El manejo de las políticas de privatización:
reflexiones, dilemas, recomendaciones
¿Qué significa privatizar?
A la luz de la experiencia adquirida, se ha demostrado que el concepto de privatización abarca muchas modalidades, una de las cuales es la de "desinversión": se destacó la importancia de esta aclaratoria porque instituciones como el Banco Mundial, directamente involucradas en la formulación y el apoyo técnico y financiero a las privatizaciones, confunden ambos términos. En la formulación de las políticas privatizadoras, es importante conocer las distintas modalidades y aplicar la adecuada a cada caso específico. En este contexto, el término "privatización" es mucho más amplio que la simple transferencia de una empresa al sector privado, y abarca incluso el proceso mediante el cual una empresa pública es sometida a la disciplina del mercado.
En la definición de la estrategia también es importante que la opinión pública entienda que es necesario "privatizar al sector privado" y "estatizar al sector público" para que ambos cumplan eficientemente las funciones que les corresponden: el sector privado tiene que demostrar que es mejor gerente que el Estado, y a su vez, el Estado tiene que realizar una buena función regulatoria en un marco democrático (información transparente, manejo de precios equilibrado, etc.). En este sentido, también es importante no confundir la propiedad estatal con lo que debe ser un sano "control" del Estado, mediante mecanismos regulatorios apropiados.
Uno de los conceptos que genera más polémicas en los procesos de privatización es el de empresas o actividades calificadas de "estratégicas" en la economía nacional, para el cual no hay ni definición ni motivaciones claras. Aún no se ha difundido suficientemente a nivel de la opinión pública y de los medios políticos la idea de que sectores como la educación y la salud son mucho más "estratégicos" desde el punto de vista de las responsabilidades del Estado que algunas actividades económicas que pueden ser asumidas por el sector privado, como las del suministro de electricidad por ejemplo. Tampoco se han difundido y analizado las causas de la ineficiencia del Estado, que hoy en día radican básicamente en dos motivos interrelacionados: en primer lugar, los incentivos internos de las empresas estatales no son adecuados (las estructuras burocráticas y los patrones de gerencia de esas empresas son los de hace más de 40 años, y no son de fácil modernización); y en segundo lugar, en consecuencia de lo anterior, el Estado no es forzosamente el mejor dueño porque sus mecanismos de supervisión son ineficientes.
Además, se ha constatado en varias oportunidades -dentro y fuera de la región- que la calificación de actividad "estratégica" varía no sólo de país a país sino según las circunstancias políticas e incluso según los requerimientos de seguridad interna en un momento determinado.
Por otra parte, las exigencias derivadas de la globalización implican una redefinición de lo "estratégico": es saludable aumentar la participación del sector privado en la economía, siempre y cuando eso no signifique una pérdida de control del Estado. En definitiva, el verdadero interés "estratégico" radica en los instrumentos regulatorios de las actividades privadas, y en lograr que la privatización no avance más rápido que la capacidad de regulación del Estado y que no sea desproporcionada en comparación con la madurez del sector privado.