La apuesta privatizadora de América Latina y el Caribe

La revolución inesperada

Desde México hasta Argentina, pasando por las islas del Caribe, prácticamente todos los países de la región han hecho algún tipo de exploración en materia de privatización en los últimos diez años. En algunos casos como Chile, Argentina, México y Perú, se ha tratado de una política verdaderamente audaz, que ha llegado a convertirse inclusive en uno de los pivotes de sus programas de reforma económica. En otros casos como Guatemala, Uruguay y Paraguay, se trata todavía de intentos más bien preliminares que pueden, sin embargo, convertirse en cualquier momento en programas más ambiciosos de privatización. En un camino intermedio se encuentran países como Brasil, Colombia y Venezuela que registran una experiencia privatizadora no tan extensa como el primer grupo de países antes mencionado, pero que están anunciando significativos programas para los próximos años.

PAISES CON PROGRAMAS DE PRIVATIZACION EN AMERICA LATINA.
FECHA APROXIMADA DE INICIO DE LOS PROGRAMAS Y MONTOS VENDIDOS

PAISES

INICIO/PRIVAT

MONTO $ millones

ARGENTINA

1989

10.354

BOLIVIA

1992

18

BRASIL

19901

7.000

CHILE

74-81/1985-892

2.200

COLOMBIA

1989

2.000

COSTA RICA

1985

50

ECUADOR

1994

0

GUATEMALA

1994

nd

HONDURAS

1985

132

MEXICO

19893

22.500

NICARAGUA

1991

100

PANAMA

1990

78

PARAGUAY

1994

22

PERU

1992

3550

URUGUAY

1990

nd

VENEZUELA

1990

2370

 

TOTAL

50374

Fuente: Cálculos de la Secretaría Permanente del SELA.

Del cuadro anterior es fácil concluir que la década de los 90 puede ser considerada como la década de la privatización en América Latina y el Caribe, con algunas notables excepciones como la de Chile, que comenzó bastante antes esta política4. En un tiempo relativamente corto, la región ha vendido activos por el orden de los 50 mil millones de dólares. Esta cifra, siendo en sí misma muy significativa, aún así no expresa plenamente todo el camino recorrido por la región en materia de privatización, dado que la misma no recoge otras formas de transferencia de responsabilidades y apertura al sector privado que igualmente han tenido lugar, tales como la eliminación de monopolios estatales o la liquidación de empresas públicas inviables.

La tendencia privatizadora en la región se fortalece y expande no sólo en virtud del número creciente de empresas que en los últimos años son privatizadas, sino también en razón del tipo de actividades que progresivamente son abiertas al capital privado. Este es uno de los cambios más dramáticos que ha ocurrido en la región en los últimos años. Sectores y actividades que por décadas habían estado totalmente reservadas al Estado, se abren hoy de manera acelerada al capital privado nacional y extranjero. Areas críticas de infraestructura como teléfonos, electricidad, puertos, agua, carreteras etc, están siendo transferidas bajo distintas modalidades al sector privado. Lo que ha ocurrrido en el campo de las telecomunicaciones en la región es realmente trascendente. Cinco de entre los más grandes países de la región (Chile, México, Argentina, Venezuela y Perú) han privatizado sus compañías de teléfonos y otro grupo también significativo de países ha liberalizado ampliamente el sector. Por esta razón, bien puede decirse que la región está hoy a la cabeza mundial en materia de reestructuración del sector telecomunicaciones.

De la misma manera, actividades directamente productivas y conectadas a los sectores primarios de la economía, que por décadas se consideraron totalmente cerradas al capital privado, buscan hoy activamente socios e inversión privada. El petróleo es un ejemplo. La actividad petrolera se abre aceleradamente al capital privado a lo largo de la región. La actual discusión en torno a la apertura petrolera en Venezuela es muy significativa. Más al sur, Argentina ha realizado la privatización más grande de la región con la venta de acciones de YPF, la empresa estatal petrolera, a través de la cual obtuvo unos 3 mil millones de dólares. Por su parte, Bolivia y Perú han anunciado oficialmente también la privatización de sus empresas petroleras estatales.

Pero la privatización no ha llegado sola: forma parte integral de un nuevo modelo de desarrollo que se viene abriendo paso en los países en desarrollo durante los últimos años. Más aún, en todos los casos en que algún país de la región ha puesto en marcha un audaz programa de privatización, ello ha sido como parte de un programa mucho más amplio de políticas y reformas económicas. A su vez, estas otras reformas económicas han fortalecido la privatización y le han dado credibilidad y viabilidad.

La apertura petrolera venezolana

En 1974 se nacionalizó la industria petrolera venezolana. Ello se hizo mediante una Ley que reserva al Estado prácticamente todo el desarrollo de la industria. Veintiún años después, el país debate intensamente la conveniencia de abrir el sector a la iniciativa privada. Poco a poco, la apertura ha ido ganando adeptos y hoy está plasmada en un amplio programa que espera sólo por la aprobación del Congreso de la República.

El esquema que se discute contempla la asociación con inversionistas extranjeros para producir petróleo en diez areas del país. Los inversionistas privados asumen todo el riesgo de la exploración y si encuentran petróleo, la empresa estatal venezolana puede ejercer el derecho de asociarse con ellos en una nueva empresa mixta, participando hasta con un 35% de la propiedad accionaria. Para la selección de los inversionistas se utilizará la figura de la licitación pública, dándosele la buena pro a aquél que le ofrezca al Estado el mayor porcentaje de participación en las ganancias (el programa se conoce con el nombre de "ganancias compartidas"). El programa contempla la inversión de unos 15 mil millones de dólares en los próximos quince años.

Este programa de apertura petrolera venezolano, que puede parecer tímido frente a otros procesos de apertura y privatización que se han dado en el sector petrolero en la región y el resto del mundo es, sin embargo, extremadamente significativo, por lo que el petróleo ha representado en la vida política y económica de Venezuela. El petróleo constituye hoy de manera directa un 25% del Producto, alrededor del 50% de los ingresos fiscales y más del 70% del ingreso total de divisas del país.

 

1 En los años 80 hubo una limitada experiencia de privatización en Brasil. Se vendieron 38 compañías, pero casi todas ellas de pequeño tamaño. En un solo caso la venta superó los 100 millones de dólares.

2 El Gobierno que tomó posesión en Marzo de 1994, anunció la reactivación del programa de privatización, el cual comenzó con la venta del 23.8% de las acciones que CORFO mantenía en Lan-Chile. Entre otras cosas, el Gobierno planea obtener más de 200 millones de dólares al año mediante la venta de concesiones para la construcción y operación de carreteras.

3 En el período anterior (1983-1988) se efectuaron varias operaciones de privatización, principalmente de pequeñas y medianas empresas. El monto total de las ventas correspondiente a ese período es de alrededor de 1000 millones de dólares.

4 El caso chileno es notable en cuanto a la privatización se refiere, no sólo por sus comienzos muy tempranos, sino también por la profundidad de la política. Paul E. Sigmund (1990) escribió: En ningún país del mundo, ni siquiera en la Gran Bretaña de Margaret Thatcher, ha sido la privatización adelantada tan profundamente como en el Chile contemporáneo. Citado en Galal (94) pág. 181. El proceso fue ciertamente efectivo. Chile vio reducir su sector público de un 39% del producto que representaba en 1973 a sólo un 16% en 1989.

 

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